Se considera deporte profesional cuando, al contrario de lo que ocurre en el deporte aficionado, los atletas reciben un pago por su actividad.
En la actualidad los medios de comunicación de masas y el aumento del ocio convocan audiencias grandes, de modo que las organizaciones de deportes y los equipos pueden percibir ingresos muy altos. Como resultado, más deportistas puede dedicarse completamente a su carrera y dedicar el tiempo a su formación, aumentar habilidades, mejorar la condición física, sumar experiencia y aumentar el nivel.[1]